¿Qué esperar del servicio de protocolo en el 77° debate general de la Asamblea General de la ONU?

Como Consejo Editorial de la Revista World Protocol, nos enorgullecemos de mantener esta plataforma abierta a todos los expertos de los numerosos campos de negocios y protocolo: William Herrera es el siguiente de muchos que han aprovechado la oportunidad de trabajar junto con WPM.

El Sr. Herrera es un profesional de Relaciones Internacionales que ha trabajado con diplomáticos de alto rango en todo el mundo. Se graduó con honores en Relaciones Internacionales y tiene nueve años de experiencia profesional representando intereses gubernamentales en foros bilaterales y multilaterales. Al iniciar su carrera profesional se incorporó a la Dirección de Protocolo del Ministerio de Relaciones Exteriores. A través de su trayectoria, desarrolló un interés apasionado en el Protocolo y Ceremonial; y nunca dejó de ampliar sus conocimientos sobre el tema. Se ha desempeñado como Jefe  de Misión Adjunto en Canberra, Australia, y actualmente es diplomático destinado en Nueva York; donde es testigo de cómo el Protocolo es un componente vital del funcionamiento de la Diplomacia en las Naciones Unidas. Su experiencia lo ha llevado a trabajar en múltiples entornos y lugares, incluidos Kenia y Bután. En reconocimiento a sus habilidades, ha sido invitado como panelista, conferencista y moderador en diferentes talleres, seminarios y foros sobre diversos temas. Su objetivo es utilizar su compromiso e impulso incansables para traer protocolos de vanguardia y estrategias ceremoniales e implementar campañas innovadoras que aceleren el crecimiento y maximicen la liberación de la diplomacia de alto nivel a través del protocolo. El señor Herrera publicará numerosos artículos sobre el tema de las Naciones Unidas; en el segundo publicado por WPM,  el comparte su punto de vista de la Asamblea General de la ONU.

A pocos días de la apertura de la 77ª sesión de la Asamblea General de la ONU, la comunidad diplomática de las Naciones Unidas se prepara para la cita diplomática más importante a nivel mundial: el debate general de la asamblea de las Naciones Unidas; y con ello, la llegada anual de Jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo después de dos años de sesiones híbridas provocada por la pandemia del COVID-19.

Este año, en su edición numero 77, la cumbre tiene por titulo “Un momento decisivo: soluciones transformadoras para desafíos entrelazados”, impulsado por el presidente electo para esta sesión, el director de sustentabilidad ambiental de la Oficina del presidente de Hungría, Csaba KŐrösi. Y vaya que el título no puede ser más acertado: la pandemia del covid-19 que todavía persiste en nuestra realidad actual, permeó un antes y un después en la forma en la que la diplomacia multilateral se lleva a cabo, a más de dos años que todo el mundo se tuvo que adaptar a nuevas formas de vida. La diplomacia no fue la excepción a esta evolución.

En este artículo repasaremos los principales cambios a los cuales el equipo de la oficina de servicio de protocolo y enlace de la Organización de las Naciones Unidas tuvo que realizar durante el debate general de las asambleas de 2020 y 2021, para sentar las bases de las – nuevas – prácticas diplomáticas que guiarían el protocolo de uno de los eventos políticos más importantes y reconocidos a nivel mundial, no solo por su impacto en la vida de las personas alrededor del mundo, sino por la expectación que genera concentrar a los líderes de países bajo un mismo techo.

Comencemos por lo básico: la Asamblea General es el órgano principal de gobierno de las Naciones Unidas. Se reúne en sesiones ordinarias, una vez al año, durante los meses de septiembre a diciembre en su sede de Nueva York, siendo el debate general (ese al que asisten jefes de Estado o de gobierno o sus delegados) durante la tercera semana de septiembre para dar su postura sobre acontecimientos globales y su visión sobre cómo abordarlos. Su desarrollo está reglamentado y a pesar de ello, muchas veces se recuerda más cuando alguno de estos líderes se sale del libreto o rompe el protocolo.

A diferencia del debate general de 2020, cuando la sesión se realizó casi en su totalidad de manera virtual debido a la pandemia, en la edición de 2021 más de cien líderes y otros representantes de alto nivel pronunciaron sus discursos en persona. Sin embargo, ciertas restricciones de seguridad establecidas en 2020 permanecieron en vigencia para 2021 y hasta cierto punto confusas: el uso obligatorio de mascarillas, el mantenimiento de aforo al mínimo en las salas de reuniones y el distanciamiento social, hasta el dilema de cómo prevenir que personas no vacunadas accedieran al recinto, confiando en la buena fe de las delegaciones que realizarían un viaje a la ciudad que fue epicentro a nivel de contagios de covid-19 durante la peor parte de la pandemia.

El Podio.

2020 2021
Tradicionalmente, y previo a la pandemia del COVID-19, el podio era presidido por 3 personalidades:

1.      El presidente de la Asamblea General (PGA por sus siglas en inglés) que esté en funciones (al centro)

2.      El secretario general (SG) de la ONU (a la derecha del PGA)

3.      El oficial de Secretaría cuya labor es asistir en la moderación del debate general al PGA y al SG (a la izquierda del PGA)

 

Debido a la pandemia del coronavirus y las medidas de seguridad para evitar la propagación, se decidió que para la 75ª sesión, únicamente se ubicarían el Presidente de la Asamblea General (PGA) a la derecha del podio, y a su izquierda, el Secretario General.

Una vez se aumentó la tasa de vacunación en el Estado de Nueva York y a su vez, la disminución del riesgo de contagio para una nueva sesión de la Asamblea General en septiembre de 2021, pudimos volver a ver la ubicación tradicionalmente utilizada para la presidencia del podio, encabezada por el presidente de la Asamblea General de turno, seguido por el Secretario General y el oficial de Secretaría.

 

Se continuó usando mascarillas en todo momento para reuniones y únicamente el orador en turno podía retirarse la mascarilla mientras hacía uso de la palabra, para posteriormente volver a colocarse la mascarilla, por medidas de seguridad.

 

El Secretario General de la ONU, Antonio Gutierres (izq.) y el Presidente de la Asamblea General del 75° periodo de sesiones, Volkan Bozkir (de Turquía). De Izq. a derecha: Antonio Guterres, Abdullah Shahid, Presidente del 76° Periodo de Sesiones (Maldivas), y el Secretario adjunto para la gestión de conferencias.

La Silla de honor

El departamento de protocolo de Naciones Unidas, dentro de sus procedimientos tiene contemplado que se coloque una silla de honor o silla ceremonial (“Ceremonial chair” en inglés), como una cortesía exclusivamente para el uso de Jefes de Estado o de Gobierno e invitados especiales, que por su rango se le reconozca dicha distinción, que se utiliza cuando visitan y se dirigen al Plenario de la Asamblea General.

Así mismo, durante el debate general, se reservan asientos en la zona VIP del Salón de la Asamblea General para los cónyuges de los Jefes de Estado o de Gobierno, Vicepresidentes, Príncipes Herederos o Princesas que participen en el debate general, siempre que el Jefe de Protocolo esté notificado con antelación de su asistencia a la sesión.

Como parte de la adaptación debido a la pandemia, en 2020 se animó a participar en un formato en el cual los oradores pudieran enviar sus mensajes en formato pregrabado para su retransmisión en las pantallas del Salón de la Asamblea General, con el fin de reducir el número de personas concentradas en una sola sala. Aunque fue una medida no del toda exitosa (que a su vez se replicó para 2021), puesto que hubo mandatarios que no faltaron a realizar su discurso desde el Salón, en lugar de esperar en la silla de honor a que el Presidente de la Asamblea General procediera a invitarlos a dar su intervención al podio, luego que fueran invitados a ingresar al Salón, debieron esperar brevemente de pie para proceder, luego de la indicación de la Jefa de Protocolo de la ONU, a pasar al podio con su discurso.

Imágenes de Jefes de Estado ingresando al Salón de la Asamblea General, escoltados por el servicio de Protocolo de la ONU durante el Debate General del 2021

La Guardia de Honor

Ya hemos dicho que durante 2020 (y con menos frecuencia en 2021), los mandatarios de los países miembros de la ONU enviaron sus intervenciones por videos pregrabados para su proyección en el Salón de la Asamblea General, como medida para evitar la propagación del virus si realizaban el viaje a Nueva York, ciudad que fue epicentro en Estados Unidos de la pandemia del covid-19 en 2020. Sin embargo, esto se transformó en una respuesta adaptada a la nueva realidad que persiste hoy en día: la realización de eventos híbridos en formato virtual y presencial. Ante esto, el departamento de protocolo optó por otorgar la misma cortesía de la Guardia de Honor a los Jefes de Estado y de Gobierno, incluso cuando sus intervenciones eran en formato pregrabado y no se encontrasen físicamente en el Salón de la Asamblea General, lo cual denotó la alta capacidad de adaptación y respuesta ante las numerosas intervenciones virtuales otorgadas.

El Presidente del Líbano se dirige a la Asamblea General vía mensaje pregrabado durante el Debate General del 76° período de sesiones. La Guardia de Honor de las Naciones Unidas brinda los honores correspondientes.

Cambios: ¿temporales o permanentes?

No cabe duda que la pandemia del covid-19 supuso un cambio radical en todo el mundo, desde nuestros trabajos hasta interacciones y costumbres sociales que considerábamos “normales”. Para las Naciones Unidas, no fue excepción. Los ojos del mundo volvieron una vez más su mirada a ese podio, símbolo del multilateralismo, para escuchar a los líderes de todos los países sobre cómo avanzar juntos ante los desafíos globales.

Reducciones de personas permitidas en las salas de reuniones, recomendaciones de no viajar a Nueva York si en sus países de origen había un alto grado de contagios de covid-19 y reducir al mínimo necesario operaciones y eventos, fueron algunas de las medidas que se llevaron a cabo para minimizar el posible impacto de contagios durante el desarrollo del debate general, lo cual, a las puertas de su 77° edición, surge la pregunta de ¿qué cambios veremos cuando estamos superando una pandemia, pero sus efectos siguen entre nosotros, junto con el resto de desafíos globales?

En los preparativos para la Semana de Alto Nivel 2021, se discutió la polémica física: ¿Cómo acceder a la Cumbre en tiempos de limitaciones?

Representación del flujo de ingresos y salidas al Salón de la Asamblea General para oradores durante el debate general de 2021

Todos los viajeros que llegaron a Estados Unidos debían mostrar prueba de Covid-19 negativa, pero el hecho de que las vacunas eran tan escasas en gran parte del mundo planteó la posibilidad de que muchas delegaciones quedaran desprotegidas y que una propagación dentro de las instalaciones de la ONU fuera inevitable.

En 2021, la Administración Biden intentó disuadir a los países de que acudieran a la cita, abogando por  intervenciones a distancia, pero como el edificio de la ONU está considerado territorio internacional o extraterritorial, se decidió que no haría falta una prueba de vacunación para entrar, sólo una declaración de que no se es portador del coronavirus.

Se obligó, además, a usar mascarillas y a mantener el distanciamiento social, un máximo de siete personas por delegación en el recinto de la ONU, cuatro en el anfiteatro de la Asamblea General y reducción de las reuniones bilaterales al mínimo.

Ahora les pregunto: ¿Qué cambios habrán a nivel de protocolo para esta sesión o qué cambios les gustaría ver respecto a asambleas generales pasadas?

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